Este
documental nos muestra cómo a través de un proyecto social, en el que la música
clásica es el elemento principal y la corresponsabilidad la estrategia, ha sido
posible que niños y jóvenes sumergidos en la marginalidad aparten sus
problemáticas y se centren en sus potencialidades para desarrollarlas en la
comunidad. Con el objetivo de sacar de la calle a sus participantes este
proyecto se ha convertido en todo un ejemplo de cambio y democratización
cultural.
No
es raro hoy en día que se utilicen este tipo de herramientas en el ámbito
educativo y en especial en el ámbito de la educación social. El uso de la
música, la danza o el cine suponen el uso de una pedagogía activa que alcanza
de manera más profunda sus objetivos que aquélla otra que impone una sumisión
pasiva y en la que tiene cabida cualquier individuo. Es importante e incluso
necesario que en ocasiones los medios formadores a los que se recurra en la
Educación sean de tipo no formal y aparezcan claramente diferenciados de lo
escolar.
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