miércoles, 8 de mayo de 2013

Educación Social


Según Caride “en el interior y también en los exteriores de la escuela, donde los lindes entre lo educativo y lo social se entrecruzan y confunden continuamente, situamos a la educación social”.

La educación inscrita en la vida cotidiana persigue un afán reivindicativo, una conexión entre las personas y la sociedad, una mejora de los valores, y producir un bienestar colectivo, pero sobre todo busca la participación en la construcción de una ciudadanía más inclusiva, plural y crítica.

Como primera idea: una pedagogía educación social de puertas abiertas, adecuada con las complejas y cambiantes realidades sociales, garantizando la extensión y diversificación de las circunstancias favorecedoras del aprendizaje a lo largo de todo el ciclo vital, reflexionando los mensajes y las iniciativas que resaltan la importancia de una educación permanente con diferentes finalidades. La pedagogía educación social mantiene abiertas sus puertas a otros ámbitos de problematización y acción educativa, en una sociedad llena de cambios que requieren continuas revisiones. Todo esto para lograr incrementar posibilidades sociabilizadoras y también para estimular y potenciar el papel del educador.

Como segunda idea: orientaciones con la necesidad de construir una educación social capaz de vertebrar en diferentes ámbitos de acción, intervención socioeducativa. La implicación de la educación social en problemáticas (exclusión, marginación…) y la atención hacia estas personas, se ha proyectado históricamente en planes, programas, actividades, prestaciones, en la que han participado diferentes agentes. La participación ciudadana, igualdad de género, democracia cultural, interculturalidad, es decir promover la expresividad, como algo básico de la dignidad humana y de la inclusión social, todo esto para la formación integral de “ciudadanos con las posiciones y disposiciones adecuadas para poder discernir y deliberar lo mejor” (Vidal, 2003).

Existen 6 categorías principales, tanto en la configuración del discurso como en la delimitación de sus prácticas profesionales. Son áreas o ámbitos en los que la educación social realiza funciones muy apegadas a la vida cotidiana, que favorecen en el desarrollo, mediante diversas actuaciones, planificaciones diseñando programas, asesoramiento, y la orientación de procesos de acción-intervención social, seguimiento y evaluación de programas, formación de agentes, tratándose de un trabajo en equipo y cooperación de otras disciplinas científicas. Y son las siguientes: Educación permanente: perspectiva mucho más comprehensiva y operativa. Es conseguir que todas las personas, de cualquier edad tomen conciencia de la realidad sociocultural en la que viven. Formación laboral y ocupacional: procurar la inserción de personas y/o colectivos que tienen dificultades para incorporarse o mantenerse en el mercado laboral. Educación en y para el tiempo libre: o también llamada “educación o pedagogía del ocio”,con el objetivo de construir nuevos aprendizajes, estimular creación, diversión, participación social y el desarrollo de la personalidad. Entendido el ocio como un derecho humano básico, que debe ser estimado como un recurso clave para el desarrollo personal, social y económico. Animación sociocultural y el desarrollo comunitario: promover la iniciativa auto organización, reflexión crítica, participación, autoestima. Pero como principal objetivo, resolver problemas más que transmitir cultura. Educación especializada: favorecer inserción social que por X causas (física, psíquica, sociales…) están en situación de riesgo o dificultad consigo mismas y/o con su contexto vital. Con actuaciones educativas de carácter preventivo, mediador terapéutico y rehabilitador. Educación cívico-social: promoción y formación en valores esenciales para la convivencia, respeto a las personas y al medio ambiente, para las libertades y la participación social.

Existe la firme voluntad de ir más allá de las estructuras creadas para crear otras, reconociendo que lo social es mucho más que una tierra de asilo y reconversión (Le Gall y Martín, 1986) Además de lo que hace, pretende que se reconozca y acentué la percepción de lo social. La cotidianeidad, tiene mucho de regreso a los pasos perdidos, de retorno a un tiempo que ha de vivirse minuto a minuto y equilibre la desproporción de las sociedades modernas.




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